La clínica privada Bel Etage de Düsseldorf apuesta por el mejor tratamiento y el bienestar integral

Clínica pequeña con gran éxito

¿Ya lo sabías?

Las vistas desde la ventana de la oficina muestran la silueta de Düsseldorf por su lado más espectacular. La Clinic Bel Etage está situada en un elegante edificio moderno frente al antiguo parlamento regional a orillas del lago Kaiserteich. Esta clínica privada es un centro de prestigio internacional de cirugía de la columna vertebral para la preservación de la movilidad y abarca las unidades de neurocirugía, ortopedia y cirugía plástica y estética. Charlamos con el médico jefe Andreas Schmitz, que fundó la Clinic Bel Etage en 2015 junto con su mujer Anja Schmitz.

¿De dónde surge la idea de fundar un hospital privado? «Mi mujer es homeópata, y yo soy médico», cuenta el Dr. Schmitz, neurocirujano. «Por este motivo no estamos autorizados a fundar juntos una consulta, pero sí una clínica». En el complejo de edificios ya había una clínica privada, y en realidad esta pareja solo quería abrir una clínica pequeña en el piso superior con tres o cuatro camas. Pero el médico de abajo se fue, y Anja y Andreas Schmitz pasaron a ocupar todo el edificio.

«Una clínica dirigida por médicos, sin ningún gran grupo detrás, pero con medicina alternativa: muchos asesores empresariales desaconsejarían un proyecto semejante», afirma Andreas Schmitz. «Pero nosotros nos arriesgamos porque queríamos demostrar que es posible ofrecer una muy buena medicina de este modo». En la actualidad, la clínica cuenta con 26 camas, y hay planificada una ampliación de 14 camas más. La intención es incorporar las nuevas especialidades de cirugía vascular, cirugía cardíaca y cardiología. En la Bel Etage trabajan cinco médicos internos y entre 30 y 40 médicos invitados.

Especialidad de prótesis de disco intervertebral

«Mi especialidad son las prótesis de disco intervertebral», explica Andreas Schmitz. «Muchos hospitales no utilizan este tipo de prótesis porque son 2000 € más caras que un fijación de la columna vertebral. Sin embargo, nosotros queremos que los pacientes reciban los mejores implantes». De este método se benefician los miembros de cada vez más cajas públicas de seguro de enfermedad, que asumirían los costes de la intervención en casos concretos.

«Empleamos implantes especialmente innovadores procedentes de Francia», añade Andreas Schmitz mostrando un modelo. El disco intervertebral artificial consta de dos placas de titanio que envuelven en el centro una capa de poliuretano. «La superficie de las placas de titanio está moldeada como un coral. Tras la operación, el hueso se integra en esta estructura en un plazo de tres meses. El poliuretano se ablanda a una temperatura corporal de 37 °C de forma que la prótesis pueda moverse».

El médico jefe está convencido de las ventajas de este procedimiento: «Los pacientes se recuperan más rápido, y su nivel de satisfacción es mayor. Hay una gran diferencia entre que se fijen dos o tres niveles de la columna vertebral y si puedo volver a mover la cabeza. Las prótesis muestran un mejor resultado también en el seguimiento a largo plazo, puesto que los discos intervertebrales contiguos se descargan en vez de cargarse». Desde que conoció en 2002 las prótesis de disco intervertebral en un congreso, Andreas Schmitz se ha convertido en un experto líder en este campo con miles de operaciones realizadas con éxito.

Pacientes de numerosos países

Hace tiempo que la excelente reputación de la Clinic Bel Etage se ha extendido internacionalmente. A la clínica llegan pacientes procedentes de los EE. UU. Canadá, Australia y países árabes que han oído hablar de ella en foros de internet. Los países árabes envían a través de sus embajadas personas que no pueden ser tratadas óptimamente en su país: «Allí, esto forma parte de su sistema de salud público. Vienen ciudadanos totalmente normales», explica el director de la clínica. Cada semana se operan en la clínica de cuatro a cinco pacientes extranjeros.

Pero no solo el tratamiento, también la comida contribuye al encanto de la Bel Etage. En la planta baja, la clínica tiene su propio restaurante donde se preparan las comidas de los pacientes, pero que también está abierto a los transeúntes. La comida no tiene glucosa, lactosa ni gluten, pero al mismo tiempo en ocasiones también es auténtica: el día de nuestra visita había pastel de carne con col lombarda y spätzle, un tipo de pasta regional, y estaba deliciosa. Anja y Andreas Schmitz animan a los pacientes a probar la comida saludable en lugar de pedir pasta y pizza.

Camas Stiegelmeyer como factor de éxito

Las habitaciones de la clínica, con una decoración moderna a la par que acogedora, te hacen sentir en casa. A esto contribuyen también las camas Stiegelmeyer del modelo Seta. «Durante el equipamiento de la clínica, presté una especial atención a las camas», explica Andreas Schmitz. «Obviamente, queríamos destacar en el diseño, pero en los hospitales han de observarse multitud de normativas técnicas. Hay muchas camas para cuidados bonitas, pero nosotros no las podemos utilizar. En Stiegelmeyer encontramos camas de hospital que nos convencieron, tanto óptica como funcionalmente. Y hemos descubierto que las camas pueden mostrar un poco el aspecto de hospital y alta tecnología para que los pacientes se sientan bien atendidos y tratados con profesionalidad».

Tras cuatro años de uso, el médico jefe continúa muy satisfecho con las camas: «Durante todo este tiempo no hemos tenido ningún problema», comenta. Las camas Seta son uno de los factores que contribuyen al éxito de la Clinic Bel Etage: «Después de todo, el paciente pasa la mayor parte del día en la cama. Muchos pacientes se sienten tan a gusto que creen que están en un hotel».


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