Camas y soluciones para numerosos países

Descanso nocturno sin fronteras

125 años

Cuando en el Grupo Stiegelmeyer se debate sobre planes para el futuro, hay un tema que siempre está sobre la mesa: reforzar la exportación. En la memoria colectiva de la empresa, se considera sobre todo el siglo XX como un tiempo en el que en Herford se confió enormemente en el mercado alemán. ¿Pero confirma la crónica del Grupo Stiegelmeyer esta idea? ¿Cómo era nuestra exportación en las primeras épocas?

Una cosa queda clara en todo caso: el ancho mundo no se perdió nunca del todo de vista. En la década de 1920, parece que los negocios internacionales tuvieron un gran impulso. La crónica sobre la historia de la industria de Herford afirmaba al echar la vista atrás a la década de 1950 que Stiegelmeyer exportaba el 90 % de su producción en el periódico de entreguerras. Es probable que esta afirmación no sea cierta, pero al parecer sí que existían relaciones comerciales con los Países Bajos, Dinamarca, países de Oriente Próximo e incluso América.

Poco después de la Segunda Guerra Mundial, la «exportación» entró en casa. Stiegelmeyer compartió los terrenos de la empresa de Herford con tropas británicas, y en los años siguientes la empresa abasteció a todos los aliados occidentales en Alemania. Británicos, estadounidenses y franceses tuvieron que construir alojamientos para sus fuerzas armadas, y Stiegelmeyer contaba con los productos adecuados. En 1951, p. ej., 28 trenes de mercancías llevaron 7565 camas a la zona francesa en el suroeste del país. También los ingleses y los estadounidenses compraron miles de camas.

Por desgracia, por aquel entonces no se consiguió expandir este éxito a los países de los nuevos socios. De este modo, el intento de vender camas de hotel a Gran Bretaña fracasó debido a los altos precios del hierro en Alemania. Cuando, sin embargo, en los años 50 y 60 las camas de hospital fueron ganando relevancia en el programa de productos de Stiegelmeyer, resurgió también la demanda internacional. Las «comunicaciones de Stiegelmeyer» enumeraban con orgullo los países y continentes de nuestros clientes: Holanda, Bélgica, Francia, Sudamérica, Oriente Próximo. Entre los clientes destacados se encontraban el hospital Groote Schuur de Ciudad del Cabo, donde en 1967 se llevó a cabo el primer trasplante de corazón del mundo, o el nuevo hospital de Tenerife.

El Grupo Stiegelmeyer suministraba productos con regularidad a diferentes regiones africanas, cuyos requisitos especiales se narraban vivamente en nuestra revista para clientes. En África Occidental, por ejemplo, no había puertos para grandes cargueros. Los camas se cargaban antes de la costa en los llamados «surf boats» y se llevaban por el oleaje los últimos metros hasta la playa.

En 1960 en Nairobi, capital de Kenia, nuestras camas de hospital regulables generaron tal regocijo que el periódico East African Standard informó con entusiasmo: «El único movimiento que no puede realizarse con la cama es ponerla boca abajo. La cama parece poder ejecutar prácticamente cualquier maniobra». Por el contrario, los acontecimientos acaecidos durante un suministro a la República centroafricana del Chad en 1973 fueron realmente dramáticos: rebeldes destrozaron tres camiones con camas. Stiegelmeyer volvió a suministrar las unidades dañadas.

En el curso de la política de acercamiento de la RFA al bloque del Este en la década de 1970, la relación con los países socialistas se relajó, —el Telón de Acero fue más accesible— y Stiegelmeyer vendió camas a la RDA. De esta forma, p. ej., renació la relación comercial mantenida durante décadas con el hospital Charité de Berlín. La empresa de Herford ya había desarrollado para el famoso hospital en la década de 1930 una cama de uso clínico con frenos, lo que hizo historia en el ámbito técnico. A través de la RDA, las camas de Stiegelmeyer llegaron incluso hasta Cuba.

Pese a estos numerosos éxitos puntuales, durante prácticamente un siglo no hubo apenas esfuerzos por expandirse fuera de Alemania con delegaciones propias. El primer paso en esta dirección no tuvo lugar hasta 1989 con la fundación de nuestra filial Stiegelmeyer BV en los Países Bajos. Poco después, la adaptación del mercado nacional tras la reunificación requirió toda la atención. Sin embargo, tras el cambio de milenio, vieron la luz toda una serie de nuevas distribuidoras: Francia en 2000, Polonia en 2001, Finlandia en 2002, Sudáfrica en 2011 y China en 2021. Al mismo tiempo, el Grupo Stiegelmeyer también internacionalizó su producción. Además de las delegaciones alemanas de Herford y Nordhausen, en la actualidad contamos con fábricas altamente modernas en las localidades polacas de Kepno y Stolno, así como en la ciudad china de Foshan cerca de Hong Kong, donde se fabrican camas para el mercado chino.

Hace tiempo que la orientación internacional del Grupo Stiegelmeyer goza de la relevancia que le corresponde. Trabajamos en más de 100 países con socios de distribución comprometidos. El desarrollo de productos se orienta a los requisitos de los mercados internacionales. El marketing ha optimizado sus procesos de traducción, y también las nuevas vías de comunicación digitales y los asistentes basados en la IA ayudan a derribar barreras lingüísticas y a reducir distancias. La salud y el bienestar de las personas desde Latinoamérica hasta China, desde Laponia hasta el Cabo de Buena Esperanza nos vuelven a motivar cada día. 


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